"Tu tiempo es limitado, entonces no lo desperdicies viviendo la vida de otro. No se dejen atrapar por el dogma, que es vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejen que el ruido de las opiniones de los demás ahogue tu propia voz interior. Y lo más importante, tengan el coraje de seguir a su corazón y a su intuición". Steve Jobs.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

El caso de Israel. Lectura complementaria.


Adelanto: El Agua

El agua, la edición en español del best seller del New York Times, Let there be water, es el más reciente lanzamiento de Editorial Taeda. Aquí, un adelanto.
El libro, del abogado, activista y emprendedor Seth Siegel, revela los métodos y técnicas que le permitieron a Israel liderar el mundo de la tecnología hídrica fue celebrada por la crítica y recibió el reconocimiento de personalidades de la talla del Premio Nobel y expresidente de Israel, Shimon Peres, el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, el ex primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, entre otros. Uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad para los próximos 50 años es la provisión de agua potable; se trata de una crisis que pone en jaque la supervivencia misma en el planeta. El agua acerca al mundo hispanoparlante la experiencia de Israel, una nación que no solo superó con éxito el desafío de sobrevivir en tierras desérticas y hostiles, sino que se convirtió en una superpotencia del agua.
EL AGUA
Introducción
(…)
Las crisis relacionadas con el agua y la infraestructura casi siempre se pueden evitar, y mediante la acción precisa de líderes gubernamentales, empresariales y cívicos, también es posible controlar los elementos que las componen. Algunos países mantendrán un suministro de agua continuo a pesar de sufrir las consecuencias de que el mundo que los rodea ya no lo tenga. Pero no hay dudas de que muchas naciones desoirán la señal de alarma, y no solamente la típica lista de países en desarrollo con dificultades en cuanto a recursos e infraestructura. Los problemas relacionados con el agua son sinónimo de las malas gestiones de gobierno, y proliferan las malas gestiones.
Existen varias tendencias macro —cinco de las cuales destacamos aquí— que fueron las principales impulsoras de la inminente crisis del agua. Muchas de ellas se vienen gestando desde hace bastante tiempo, y no existe señal alguna respecto de su interrupción o desaceleración.
Población. La población del mundo continúa con un marcado crecimiento. La caída de las tasas de natalidad en varios países ha dado mucho que hablar, pero no se equipara con la mayor expectativa de vida en gran parte del planeta, incluso comparándola con la que había hace solo algunas décadas. La población del mundo ya supera los siete mil millones de personas y no se prevé una estabilización hasta 2050, cuando llegue a nueve mil quinientos millones de habitantes. Aun considerando exiguo el consumo de alimentos y de agua para higiene de esos dos mil quinientos millones adicionales, ciertamente será un desafío conseguir, purificar y proveer ese mayor volumen de agua para que satisfagan sus necesidades básicas.
Clase media en ascenso. La población del mundo no solo crece, sino que aumenta su riqueza. Cientos de millones de personas que vivían en la pobreza lograron pasar a la clase media, tendencia que en gran medida va a continuar. (…) Las duchas diarias, las piscinas en los jardines de las casas y el césped del que disfrutarán estas personas más prósperas constituirán un estrés aún mayor, pero el impacto más significativo para el abastecimiento de agua lo producirán los hábitos alimenticios característicos del estilo de vida de la clase media. Las dietas de los pobres suelen basarse en verduras y granos, mientras que las de las clases medias, mayormente en proteínas. Producir un kilogramo de carne consume diecisiete veces más agua de la que insume producir uno de maíz.
Sin embargo, pertenecer a la clase media no se circunscribe solo a los alimentos. La energía que se requiere para el funcionamiento de automóviles, acondicionadores de aire, computadoras y otros dispositivos que forman parte de la vida normal de la clase media utiliza cantidades de agua prácticamente inimaginables. (…)
Cambio climático. Por el cambio climático aumentan las temperaturas de las superficies de lagos y ríos, lo cual acelera la evaporación. Con temperaturas más elevadas se necesita más cantidad de agua para el riego de los cultivos. También se ha producido un cambio en los regímenes pluviales: aumenta el intervalo entre precipitaciones, así como también la intensidad con la que se producen. Intervalos más prolongados llevan al endurecimiento de la superficie del suelo. Cuando finalmente llueve, gran parte se escurre a desagües y ríos, o permanece en la superficie antes de evaporarse, pero de cualquier modo se pierde, porque no logra penetrar en la tierra.
Aguas contaminadas. La contaminación también reduce la cantidad de agua disponible. La producción de alimentos para tantas personas y de forrajes para tantos animales requiere de la creciente utilización de fertilizantes y pesticidas. Muchos de ellos llegan a acuíferos, lagos y ríos a causa del riego o de las lluvias. (…) Independientemente de la causa de la contaminación del agua, deshacer el daño perpetrado sobre los acuíferos y lagos afectados resulta muy costoso y, en algunos casos, imposible. Cuando las fuentes de agua se contaminan, se pierden, y a veces en forma permanente.
Pérdidas. (…) Con una filtración difícil de reparar, se pierden por día más de ciento treinta y dos millones de litros de agua. Estas pérdidas pueden ser invisibles, pero son enormes. Es posible superar cada uno de estos desafíos (crecimiento poblacional, mayor riqueza, cambio climático, contaminación de las fuentes de agua, infraestructura deficiente y otros). Se necesita decisión, determinación, creatividad, personal capacitado, y dinero. Si bien todos los países deberían comenzar a encarar estos desafíos, es prácticamente una certeza que no todos lo harán. Estos problemas, sin embargo, pueden enfrentarse e incluso resolverse. (…)
Un modelo para un mundo en crisis
El 60 % del territorio de Israel es un desierto y el resto es semiárido. Desde su fundación, en 1948, la población del país se incrementó más de diez veces, una de las tasas de crecimiento más rápidas de la era posterior a la Segunda Guerra Mundial. Israel comenzó siendo pobre, pero ahora tiene una de las economías de mayor crecimiento del mundo. El estilo de vida de clase media es el predominante. La tasa de precipitaciones anuales —que desde el vamos no era generosa— se redujo a menos de la mitad. Aun así, a pesar del clima complicado y el paisaje impiadoso, Israel no solo no padece una crisis hídrica, sino que tiene excedente de agua. Incluso la exporta a algunos de sus vecinos.
El agua relata cómo un país pequeño desarrolló una mecánica sofisticada con relación al agua, que comenzó mucho antes de su independencia. La planificación hídrica y las soluciones tecnológicas fueron vitales para el país en cada etapa de su desarrollo. Incluso antes de que Israel se transformara en una fuente generadora de agua, ya empleaba sus conocimientos en este terreno para construir relaciones en todo el mundo. (…)
Por supuesto, no todo lo que hizo Israel con respecto a la provisión de agua resulta relevante en cualquier lugar o para todos. Los países con grandes masas territoriales difieren en escala y topografía del pequeño Israel. Algunos países no tienen desiertos ni gozan de prolongadas temporadas de lluvias o de abundante cantidad de ríos y lagos. A las economías de algunos no les es posible afrontar el gasto en infraestructura en el que incurre Israel. Aun así, parte de lo que se ha hecho allí puede contribuir a transformar la gestión gubernamental del agua en cada país. Al menos, el enfoque israelí respecto del agua y cómo se ha priorizado en la conciencia nacional servirán como inspiración para líderes y ciudadanos comprometidos de todo el mundo, más allá de la geografía donde habiten o de su nivel de riqueza.
Hubiera sido más sabio que el mundo planificara qué hacer ante la escasez y cómo conservar el agua desde hace décadas. Pero no es demasiado tarde para comenzar. Aquí, la forma en que lo hizo Israel.